Katharina López Fernándes
Auxiliar Veterinaria
Nací hace 38 años en Frankfurt, Alemania. Viví allí hasta los 15 años, cuando vine a España, donde enseguida empecé a aprender a enfrentar retos y a adaptarme a nuevas situaciones, y desde entonces no he dejado de hacerlo.
A lo largo de estos años, he tenido la suerte de compartir mi vida y mi casa con mis 3 perros: Nanook 12 años, Niebla 10 años y Luna 11 años (1 Galgo y 2 cruces de Galgo con Husky respectivamente). Llegaron a mi vida con poco más de un año de edad, eran perros maltratados y abandonados, los cuales, adopté. ¡Qué puedo decir de mis niños! Me dieron tanto amor y felicidad… eran buenos y cariñosos. Lo que más me marcó fue que en menos 1 un año, todos partieron. El que más me partió el alma fue Nanook tras haber sufrido una enfermedad crónica y pensar en dos ocasiones que lo iba a perder, luchó y cogió fuerzas para seguir con nosotros dándonos su amor un poco más de tiempo.
Hoy en día, soy la encargada de cuidar y mimar a los animales de mis amigos cada vez que ellos tienen que salir de viaje. Lo cual lejos de suponerme una carga, considero una suerte, dado que quién confía el cuidado de sus animales en ti lo hace con la confianza de que cuidarás de la mejor manera posible de lo que más quiere.
Hablo alemán y castellano nativo, portugués y entiendo bien el inglés, pero desde pequeña entendí que los animales entienden un idioma universal que es el cariño y el respeto y que aportan cosas maravillosas a quienes comparten su vida con ellos.
Soy una persona perseverante y perfeccionista en todo lo que hago, a la que le encanta tener inquietudes y formarse de manera autónoma en cosas nuevas constantemente, y el mundo animal me permite seguir haciéndolo cada día.
Soy muy buena repostera, de hecho he dedicado a ello una parte de mi vida profesional y me encanta el campo de la estética. He trabajado también en el sector comercial y disfruto con la atención directa al público, doy lo mejor de mí para asesorar a cada persona de la manera más personalizada, humana y profesional posible.
Soy una persona polivalente y con gran capacidad de adaptación y mi sueño se vio cumplido cuando me ofrecieron la posibilidad de dedicarme a lo que más me gusta, trabajar con animales. Para mí es todo un lujo poder tener un trabajo en el que aprender cada día cosas nuevas, disfrutar de los animales y poder ayudarles a ellos y a sus dueños a tener una mejor calidad de vida. Pero también supone una enorme responsabilidad, por lo individualizada y cuidadosa que debe ser la atención en este sector y por saber que las personas confían ciegamente en tu trabajo cuando dejan en tus manos a sus animales de compañía.